La concentración es una parte importante dentro del proceso que, para aprender a leer, estamos desarrollando. Lo cierto es que muchas veces (o casi siempre) la lectura rápida, la lectura comprensiva y la concentración son términos difíciLes de diferenciar, se entremezclan, llevando el uno al otro; si se han puesto en práctica los consejos de artículos pasados sobre cómo conseguir una lectura rápida y comprensiva, seguramente habrás notado que conforme vas ganando velocidad también consigues una mayor concentración.
Pero la concentración merece estudio aparte y algún pequeño consejo que te ayudará. El punto de partida es analizar cuál es nuestro nivel de concentración; si durante la lectura, por ejemplo de algún artículo pasado, no has pensado en nada más se puede decir que tu nivel de concentración es bueno, pero si te has preguntado algo ajeno a la lectura como ¿qué voy a hacer el fin de semana?, ¿qué habrá para comer?…, entonces necesitas mejorar tu nivel de concentración para aprender a leer conjuntamente con la rapidez y la comprensión (aunque como se ha dicho, son aspectos que van muy unidos).
La concentración hay que dominarla desde el interior y desde el exterior; sin duda es mucho más complicado dominarla interiormente pero un primer paso es pulir pequeños detalles de nuestro entorno que harán que consigas aumentarla:
- Elige un momento del día adecuado para ti y en el que tengas mayor lucidez mental; hay alumnos que prefieren levantarse muy pronto para estudiar y por el contrario otros se quedan hasta altas horas de la madrugada. Para la lectura ocurre lo mismo, debes estudiarte a ti mismo para escoger que parte del día es más apropiada. Todo esto dentro de tus responsabilidades cotidianas, que muchas veces no te dejarán escoger el momento óptimo del día. Si es así, analiza tu tiempo libre y dentro de él toma para la lectura el que mejor te venga.
- Otro aspecto fácil de mejorar es el lugar de lectura. Debe ser un entorno minimalista, sin adornos que te distraigan como fotos de tus hijos, objetos ornamentales, una mesa demasiado saturada de cosas (conviene que tu mesa este ordenada y lo más limpia de objetos posible), etc. Además será un lugar, si es posible, silencioso; si no lo es, puedes poner música de fondo con un volumen bajo, el suficiente para camuflar los ruidos externos (no más, la música alta disminuiría tu concentración).
- Es tan importante elegir el momento del día de mayor lucidez, si se puede, como que ese momento tengamos la certeza de que no vamos a ser molestados (teléfonos móviles, gritos de tus hijos, etc.).
- La concienciación previa al inicio de la lectura es clave; ponte el propósito de concentrarte, de leer un tiempo concreto o un número de hojas…, en definitiva márcate unos objetivos y cúmplelos (no te pongas objetivos imposibles, sino asequibles para evitar caer en la frustración).
Son aspectos de nuestro entorno que podemos habilitar de forma más o menos sencilla para dar un impulso a nuestra concentración.
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